Los españoles guardando su dinero en los bancos y resulta que, como en el tiempo de nuestros abuelos, los colchones son todavía la alternativa más segura.
No. No lo digo sólo a los clientes de Bankia que tienen razones de sobra para pensar ahora que una almohada habría sido mejor opción donde aplicar sus ahorros. Lo digo a todos los que han tenido la brillante idea de guardar dinero negro en efectivo y pasar del trámite tan desagradable de declarar ingresos a Hacienda.
Si eres uno de ellos, ¡enhorabuena! Te has ahorrado un pastón en impuestos durante varios años y si quieres redimirte (por buen cristiano, supongo, en los tiempos que corren) sólo tienes que acercarte a un banco, ingresar la pasta y pagar simbólicos 10%.
Y no te preocupes con eso de justificar de donde ha salido el dinero y desde cuando lo tienes - pasos tan necesarios hasta ahora para ingresos desde cuentas de fuera del país. El Estado español, es como Cofidis: fácil y sin explicaciones. No hace falta justificar que tu dinero era ilegal antes de Diciembre del 2010: basta con ingresarlo y vuolá! Ya no estás cometiendo un crimen cuya pena es de 1 a 4 años de cárcel.
¿ Como eso es posible? Sencillo: aprobando un decreto-ley intencionadamente ambiguo que en un primer punto establezca que "la titularidad de los bienes y derechos objeto de declaración deberá
haberse adquirido por el declarante en una fecha anterior al 31 de
diciembre de 2010" y un párrafo más abajo señale: en particular, tratándose de dinero en efectivo se entenderá que se es
titular del mismo con anterioridad al 31 de diciembre de 2010 cuando con
carácter previo a la presentación de la declaración tributaria especial
se hubiera depositado en una cuenta cuya titularidad jurídica
corresponda al declarante abierta en una entidad de crédito".
Si sumas a eso el carácter reservado de la declaración de la renta, lo tienes todo: privacidad, amparo legal e incluso tranquilidad (tienes hasta el 30 de noviembre para lavar tu dinerito). Con tiempo. Ahora que el fraude fiscal está autorizado por el gobierno, no te van a entrar las prisas, ¿verdad?
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